Primero que todo no soy musicóloga, pero luego de indagar con responsabilidad sobre el origen del bolero quiero compartirles información sobre ese tema y, principalmente, mi opinión acerca de su influencia en el aspecto social y cultural de Puerto Rico. El origen del bolero, vocablo que proviene de la lengua española, ha sido causa de debate a lo largo de la historia porque hay expertos que indican que surgió en España y otros que aseguran que fue en Cuba. Otros simplemente entienden que uno no tiene nada que ver con el otro porque ambas estructuras musicales son diferentes.

Pero hablando del género en Cuba, José Ruíz Elcoro, pianista y musicólogo cubano considerado un especialista en música cubana e iberoamericana, señala que durante el periodo de oro de la creación del bolero «viejo» cubano; la canción La tarde de Sindo Garay (atribuida al 1906) es el primer gran bolero del siglo XX cubano. Para los boricuas, es importante saber que en esta pieza musical hay una quintilla de la puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió.

«Las penas que me maltratan

son tantas que se atropellan

y como de matarme tratan

se agolpan unas a otras y por eso

no me matan».

Sindo Garay

(Antonio Gumersindo Garay y García)

Garay fue, precisamente, alumno de José «Pepe» Sánchez, considerado como el “Padre de la Trova Cubana” y autor del primer bolero de la historia titulado Tristezas, entre 1883 y 1886 porque hay discrepancias en cuanto a la fecha correcta.

pepesanchez

De otra parte, según una presentación con base en una investigación realizada por el musicólogo José María Guillermo (quien estudia el bolero desde 1974 y posee una colección de cerca de 8,000 boleros originales) el bolero llegó a España en el 1939, importado por el cantante cubano Antonio Machín quien, como consecuencia del inicio de la segunda guerra mundial, se quedó a vivir en España. De acuerdo a dicha presentación, el bolero con el que más se le identificó en España hasta el momento de su muerte en el 1977, fue Angelitos Negros.

Antonio Machin

(Antonio Machín)

Próximamente, publicaré una entrevista que realicé al reconocido musicólogo (entre otras facetas que luego conocerán) Maxi Rodríguez, oriundo de Las Palmas de Gran Canaria. Pero, no puedo evitar incluir en este escrito algunas de las cosas que me compartió. Precisamente, sobre el origen del bolero Rodríguez explicó que, «Yo, la verdad es que he dedicado como 35 años en investigar eso, por todos lados. Y cuando he dado una conferencia o alguna charla sobre el bolero, mi versión es que el bolero que nace en España no tiene nada que ver con el bolero que nace en Cuba, con el bolero latinoamericano. El bolero latinoamericano tiene un ritmo de dos por cuatro. El bolero que nace en España, nace como 300 años antes, pero era un bolero que, en las Islas Baleares, la Isla de Mallorca, era bailado grupal. Y dice que la gente como que volaba por eso se llamaba bolero, coincide en el nombre, igual que el Bolero de Ravel, coincide en el nombre, pero nada tiene que ver con el bolero».

Para entender mejor el contexto en el que ocurrieron los hechos que provocaron la creación del bolero, es inevitable hablar un poco de la historia. Por eso, Maxi abundó sobre la llegada de la contradanza francesa a Haití y su repercusión posterior en Cuba.

«En Haití estaban los franceses con sus esclavos negros, ahí llegó la contradanza francesa. La contradanza francesa no nace en Francia, viene de Escocia. Cuando llegó a Francia se convirtió en contradanza, que se llevaron los franceses a Haití. Cuando vino la abolición de la esclavitud, pues los señores que no estaban de acuerdo y querían seguir teniendo sus esclavos, se marcharon a Cuba y entraron por Santiago y se llevaron a sus esclavos negros. Esa alta sociedad haitiana de origen francés, por ejemplo, enseñó a los santiagueros, los buenos usos y costumbres como usar tenedores, cubiertos en la mesa, ese tipo de cosas. Mientras que sus esclavos, lo que llevaron fue la contradanza francesa, allí se mezcló con la cultura Habanera y con todo y  nace el bolero con el compás de dos por cuatro», dijo el musicólogo.

Rodríguez también señaló que, «Si Cuba fue la madre pues México fue el padre porque el bolero se extendió por la isla, pero cuando cruzó el Caribe por ese conducto tan estrechito que une la isla de Cuba con la península de Yucatán, ahí entra y nace el bolero Yucateco que está cantado con ritmo de clave. Y su máximo exponente fue el malogrado Guty Cárdenas, que fue el primer ídolo de masas que tuvo México y que lamentablemente murió con 23 años, asesinado en una cantina en la ciudad de México. Ahí se explaya el bolero internacionalmente porque después lo adopta Agustín Lara y ya empiezan a surgir los poetas, los compositores de alto nivel como Álvaro Carrillo, Roberto Cantoral y todos los de aquella época. Al mismo tiempo, desde Cuba pues también entra a Puerto Rico que no se quedan atrás con sus grandes compositores», puntualizó.

En lo personal, me fascina como el bolero se fusiona con otros ritmos dando paso a sub géneros como: Bolero Rítmico, Bolero Cha, cha, cha, Bolero Mambola, Bolero Bachata, Bolero Ranchero, Bolero Moruno y hasta se habla del Bolero Salsa gracias a artistas como Gilberto Santa Rosa. Pero bueno, dejando a un lado el asunto de su procedencia y fusiones, lo importante es que para los puertorriqueños el bolero ha significado mucho social y culturalmente. Hay que detenerse a entender por qué Puerto Rico, a la hora de hablar de la difusión del género, es uno de los países que ha tenido un rol importante.

Cuarteto Pedro Flores La DespedidaEn nuestra historia pasada y presente, contamos con grandes boleristas como Bobby Capó, Carmen Delia Dipiní, Virginia López, Tito Rodríguez, Chucho Avellanet, José Feliciano, Héctor Lavoe, Pellín Rodríguez y Danny Rivera entre otros. Sin embargo, la figura de Pedro Flores, uno de nuestros más grandes compositores, es clave ya que el bolero comenzó a tomar auge en Puerto Rico, gracias a su Cuarteto (nombrado como él y formado en 1930) y de cuya agrupación saldrían artistas de trascendía internacional como Daniel Santos y Charlie Figueroa. Recordemos, que no se puede perder de perspectiva que el talento se exporta, por lo que estos y otros intérpretes (como los que mencioné anteriormente) ayudaron en la promoción del género fuera de la isla e inspiraron a muchos nuevos intérpretes. Más aún, en tiempos históricamente marcados (entre otras cosas) por la guerra.

De hecho, la primera Guerra Mundial, ocurrida principalmente en Europa (1914 al 1918) y la Segunda Guerra Mundial (1939 al 1945) algo tuvieron que ver en diferentes aspectos evolutivos del bolero pero no entraré en esos pormenores. A causa del llamado militar nacieron composiciones como En mi Viejo San Juan de Noel Estrada y La despedida popularizada en la voz de Daniel Santos. Sobre esta última canción, de la autoría de don Pedro Flores, se cuenta que fue censurada por el gobierno estadounidense en Puerto Rico durante la Segunda Guerra Mundial porque desanimaba a las tropas latinoamericanas al causarles nostalgia. Muchos fueron los soldados boricuas que dedicaron boleros románticos a sus novias o esposas mediante serenatas en su salida o regreso. Pero de otro lado, hubo tríos que tuvieron que hacer cambios cuando a algún integrante le era requerido servir en el ejército.

No hay duda que el bolero es un género de habla sencilla, tan real como la vida y circunstancias propias que rodean al ser humano. Por eso, me parece fascinante la definición que Maxi Rodríguez ofrece cuando le preguntan qué es un bolero y responde que, «Un bolero es una historia de amor contada en tres minutos». ¡Wao, nada más acertado que eso! Yo misma les he comentado antes que si por algo este es un género que siempre será del gusto de la gente, es precisamente porque es la interpretación sencilla de una historia de principio a fin.

Sobre la aportación puertorriqueña al bolero, debemos sentirnos orgullosos de nuestros compositores, entre ellos la gran Mirta Silva, Boby Capó, Sylvia Rexach, Tite Curet, Felipe Rosario Goyco, Edmundo Disdier, Tito Henríquez y Pedro Flores entre otros. Pero de manera especial debemos resaltar a Rafael Hernández, considerado uno de los autores que más composiciones de boleros ha dejado al género en el mundo hispano. Recordemos, pues, que ya nuestro «Cumbanchero» también sobresalía en el mundo musical con el Trío Borínquen desde mediados del 1920.

Rafael Hernandez

(Rafael Hernández)

Hablando del bolero, pero en voz de tríos, en mi humilde opinión, la figura de Hernándo Avilés es de las más importantes en términos de representación boricua. Avilés, no solo fue integrante original del legendario Trío Los Panchos cuando se fundó en 1944, sino que en 1958 se integró como primera voz al igualmente famoso Trío Los Tres Reyes, reconocido como «El último de los grandes tríos». Esto sin olvidar su también exitoso Cuarteto Avilés. De modo, que este puertorriqueño es para mí un cantante, músico y compositor muy valioso que debe figurar en las primeras páginas de nuestra historia musical acerca de puertorriqueños destacados en el mundo del bolero.

Ahora, si hablamos de tríos fundados por puertorriqueños, (aunque no necesariamente en suelo boricua) sin duda el Trío Vegabajeño, Julito Rodríguez y su Trío, Johnny Albino y su Trío San Juan, El Súper Trío, Los Condes, Papo Valle y el Trío Borinquen, Los Caciques y Los Andinos son algunos de los que nos dieron gloria y reconocimiento como un país productor de grandes músicos e intérpretes del género. El bolero sigue siendo del gusto popular en la isla, aun cuando he discutido antes la falta de mayor exposición mediática y de espectáculos. Es música que apasiona y, para sorpresa de muchos, tiene una gran fanaticada de jóvenes que la siguen como admiradores o como músicos y cantantes.

El género del bolero es exquisito y siempre lo vamos a disfrutar ya sea en la voz de algún trío, orquesta, cuarteto, dúo, solista o hasta un bohemio con guitarra en mano en la sala de nuestra casa. Asimismo, sirve para estrechar relevantes lazos de intercambio cultural con países como España, México, Colombia y otros de habla hispana. Los boricuas en todas partes del mundo se sienten identificados con este género y se complacen en escucharlo y asistir a las actividades en donde se presentan sus artistas favoritos. Deseo ver un levante del género en mi bella isla y sentir la satisfacción de que (a través de este blog) aporté aunque sea un poquito en ese proceso.