Este escrito es el primero del blog DMCC, que se aleja (un poco) de la temática del bolero y los tríos, aunque algo mencionaré al respecto. Pero como mujer y madre me es difícil no expresar lo que siento y como comunicadora y mediadora de conflictos me siento impelida a expresar mi punto de vista. ¿De qué estoy hablando? Me refiero a los casos de violencia de género y de feminicidios que están ocurriendo en Puerto Rico; aunque es justo resaltar, que no es una problemática exclusiva de mi país.

Un feminicidio es el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia. Por su parte, la violencia de género, aunque puede ocurrir en cualquier dirección, está afectando primordialmente a la mujer. Son conductas o amenazas que se realizan de forma consiente y que causan daño físico, psicológico, sexual o económico. No solo se lucha para que se detenga la violencia sino también por lograr que haya igualdad de condición. Físicamente, un hombre y una mujer son diferentes pero tienen los mismos derechos a la hora de acceder oportunidades; demostrar su capacidad y competencias además de recibir igual compensación y reconocimiento por igual trabajo y logros.

Cada caso de violencia o asesinato contra la mujer, que sale a la luz pública en P.R., me causa frustración y tristeza; por lo cual deseo expresarme. Erradicar esta problemática es compleja e involucra la necesidad de ejecutar estrategias desde diferentes frentes de batalla. El hogar, la escuela, el Gobierno, el sector religioso, los medios de comunicación y toda institución privada debe asumir el rol que le corresponde para formar parte de la solución. En mi caso, estoy coordinando con varias agencias y lugares de apoyo para que me permitan anunciar sus respectivas páginas web desde el blog; de modo que la información que publiquen sobre este tema y de cómo las víctimas pueden buscar ayuda, esté disponible aquí.

Me he sentido tan triste los pasados días ante los sucesos ocurridos a dos mujeres que fueron cruelmente asesinadas, que me voy a atrever a confesar algo que jamás he compartido públicamente, y ni siquiera en la autobiografía de mi libro hablé del tema. En tres ocasiones, he sido hostigada por hombres. En la Universidad, en uno de mis empleos y, recientemente, como bloguera. La Universidad y ese antiguo patrono, actuaron a la altura de las circunstancias y tuve respaldo. Gracias a ellos y a Dios, no hubo consecuencias mayores contrario a otras víctimas. Sobre la situación reciente, y debido a la modalidad del acoso, no tuve mayores problemas en manejarlo directamente.

Este asunto no es algo que se pueda minimizar o despachar como un acto delictivo más (y todo acto es condenable de igual manera) porque el patrón nos dice que es un mal que está arraigado fuerte y profundamente en la sociedad. Como mujer hago un llamado a que reflexionemos con objetividad cada parte que atañe a esta problemática. Como madre educo a mi hija para que respete y que se dé a respetar; que reconozca cuáles son los patrones de conductas que conducen a la violencia de género y que se atreva a buscar ayuda. Como bloguera haré mi parte aunque, como cuestión de hecho, he tratado el tema de la desigualdad anteriormente en este medio y trato de promover en mis escritos un lenguaje inclusivo.

https://demicarpetaalcorazon.org/2020/03/05/la-mujer-y-los-retos-en-la-musica/

Como mediadora de conflictos me hago disponible para ofrecer talleres a niñas y niños para que conozcan las herramientas y formas en que pueden lidiar con las diferencias; en favor de una resolución pacífica. Para que desarrollen las competencias necesarias que les ayudará en su futuro al manejo adecuado de los conflictos en su vida personal y laboral.

Mucho se comenta en las redes sociales sobre la violencia de género que expresan las canciones en diversos géneros musicales como el reguetón, la salsa, la bachata, el merengue y hasta el bolero. Nadie que analice de forma objetiva este aspecto, debería negar que, en efecto, en casi todos los géneros hay canciones de corte machista. Claro, el reguetón es tal vez el más criticado porque su lírica es más cruda y directa. Tampoco olvidemos que la música es también reflejo de la sociedad.

Relación: música-sociedad – De mi carpeta al corazón (demicarpetaalcorazon.org)

Asimismo, hay comedias que se burlan de mujeres (figuras públicas) y no solo les ponen un sobrenombre como parte de la parodia, sino que utilizan sus «errores», gestos, posturas o acciones para generar risas, a veces, hasta de manera humillante. Luego llueven los memes en las redes sociales y muchas personas se refieren a ellas con dichos sobrenombres. Inclusive, con tanta homofobia que se vive y crímenes de odio; siguen surgiendo personajes que en nada aportan a la lucha de este sector dentro de la comunidad LGBTTTIQ+.

Espero equivocarme, pero tal vez esta dinámica no cambie en un futuro cercano. Lamentablemente, pienso que no es tanto por falta de conocimiento del daño que causan, sino porque la industria está para ganar dinero e increíblemnte, al parecer, ese tipo de creaciones… vende muy bien. De modo que, en mi opinión, la clave es la educación; para que no importe lo que se vea y escuche, cada persona sepa discernir entre lo correcto e incorrecto. Esta educación, sin duda, urge que comience desde etapas tempranas. A mi hija le explico las diferentes propuestas que se presentan en la música, cine o televisión y le hablo de la importancia que tiene comprender el contenido y contexto de las mismas. Que sepa que hay ofertas que no abonan a su formación o educación y por ende las vea como una oferta de entretenimiento que jamás se debe imitar.

Mientras era pequeña no la exponía, pero conforme crecen, los padres no podemos controlarlo todo y por eso le ayudo a desarrollar su inteligencia emocional para que tome las mejores decisiones y use su criterio propio en ese proceso. A mayor educación, menos personas consumirán producciones artísticas que vayan en detrimento del desarrollo de una sociedad justa, pacífica, inclusiva e igualitaria.

Aquí les comparto información de contacto para que usted o alguien que conozca, pueda buscar ayuda si está siendo víctima de violencia de género.

Violencia de género: ¿A dónde llamar?

Línea PAS (Programa de Asistencia Social): 1-800-981-0023

Proyecto Matria (787)-489-0022

Línea de Ayuda 939-CONTIGO (939)-266-8446.

Coordinadora Paz para la Mujer: 787-281-7579, 787-777-0378
Línea de apoyo Hogar Nueva Mujer (24 horas)-787-202-4634
Línea de apoyo Proyecto Matria (24 horas)- 787-489-0022
Oficina de la Procuradora de las Mujeres:
Línea de emergencia: 787-722-2977
Línea de emergencia isla- 1-800-981-9676

Ayer, me nació del corazón el poema: «Venga hijo, vamos a hablar» y lo publiqué en mi red social de Facebook. El objetivo es reflexionar en la necesidad de que la educación comience desde el hogar y de forma especial se le hable del tema a los hijos varones. Que el niño aprenda que el hombre no es superior a la mujer y las niñas aprendan que no tienen que soportar maltrato de un hombre porque la vea inferior a él. Aquí se los comparto al igual que otro poema que está en mi libro: Un espacio de reflexión y que habla de esas vestiduras confeccionadas de falsas concepciones que las mujeres debemos romper para que nos vistamos con nuestra propia fuerza.

Poema: «Venga hijo, vamos a hablar»

Hijo, tú nunca tendrás razón
y muchos menos el derecho,
para decidir que un corazón
deje de latir en un pecho.

Pero quiero, específicamente,
hablarte de la mujer.
Como esa que te ayuda a crecer
y que para ti es tan importante.

Resulta que, por doquier,
sufren violencia sin frenos.
Por el hecho de ser mujer
algunos piensan que valen menos.

Hijo, nunca te creas la estrella
que más brilla en el cielo;
que el hombre nace de ella
y tu abuela es lo que más quiero.

Lo único tuyo en la vida,
será lo que siembres, produzcas y compres.
No creas la idea podrida
que la mujer también es del hombre.

A una niña, vecina o amiga,
compañera de trabajo o esposa;
jamás se le causa una herida.
Como la tuya, su vida es valiosa.

Tampoco temas ser sensible
porque no significa debilidad.
Al contrario, todo es posible
si demostramos humanidad.

Llorar no es cosa de «nenas»
ni las tres novias cosas de «macho».
Con esas presiones ajenas
no dejes que te hagan un rancho.

Nunca mires a una mujer
con aires de superioridad,
para que en condición de igualdad
disfruten el mismo amanecer.

Yo quiero que seas un hombre
que ame y triunfe seguro de sí mismo.
Ni manches ni te hagas un nombre,
por promover el machismo.

Ahora ve, y abraza a tu madre,
que con amor nos mira de lejos.
Y si por algo recordarás a tu padre,
que sea por no olvidar mi consejo.

Papá, cuando abrace a mami
y escuche su corazón latir;
le prometeré que a causa de mí
ninguna mujer va a sufrir… o morir.

Poema: «Levántate y resurge»