No creo que exista alguien que no le guste la música, sin importar el género que prefiera. Aunque sea una o dos canciones (así sean piezas instrumentales) deben significar algo en sus vidas porque las emociones y experiencias que atañen a los sentimientos están profundamente ligadas a la música. De hecho, científicamente se han realizado diferentes estudios sobre el beneficio de la música, por ejemplo, en las etapas del desarrollo del niño incluso desde el vientre de la madre. Pues lo mismo sucede con todos nosotros y, en mi opinión, la música toma una mayor relevancia conforme avanzamos en edad. Por eso nuestros viejos, como le decimos con cariño, o personas de la tercera edad necesitan amor, cuidados, respeto y que los valoren.

En ese proceso, la música que hayan amado en su niñez, juventud y vida adulta juega un rol importante. Pero lo cierto es que muchos ancianos reviven con solo escuchar aquella canción que les gustaba o que les enmarcó un momento de sus vidas. No importa si están senil o padecen de alguna enfermedad que les esté afectando la memoria. De acuerdo a un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Estado Unidos, se descubrió que había respuestas intensas en pacientes con Alzheimer cuando escuchaban música, trayendo recuerdos del pasado.  Según el estudio se debe a que la región del cerebro donde se almacenan y recuperan, sirve como centro de unión entre la música y la memoria.

Hace algún tiempo les comenté que una de mis películas favoritas era la producción de Disney Pixar: Coco, estrenada en el 2017 y que está inspirada en la festividad mexicana sobre el Día de los Muertos. Bueno (spoiler alert) si no la han visto les doy permiso para que se salten este párrafo. Toda la película es hermosa y trabaja el tema de la importancia de la familia desde una perspectiva musical, pero destacando que aun después de muertos, nuestros seres queridos merecen y deben ser recordados con el mismo amor y respeto.

A quienes hemos perdido un ser amado cercano la película, sin duda, nos estruja el corazón porque es imposible no sentirse identificado. Pero a mí, la escena que más me conmueve es cuando Miguel, en su lucha por hacer que mamá Coco recordara a su papá y éste pudiera seguir existiendo en el plano de los muertos, recurre a cantarle la canción que le compuso y cantaba su papá a Coco cuando era pequeña. En ese momento Coco sonrió, cantó y hasta habló por vez primera en toda la película. Y es que ese efecto de la música en las personas mayores, validado hasta por la ciencia, es una de las mejores bendiciones que estas personas pueden experimentar en el ocaso de sus vidas.

Ahora, hablando específicamente del bolero y la música de tríos, debo decir que la mayoría de nuestros viejos en Puerto Rico tienen esta música como referencia principal en sus respectivas memorias.  Recordemos que, aunque en el presente el género tenga seguidores jóvenes o no tan mayores, su origen sobre pasa las cinco décadas. Por lo tanto, son nuestros envejecientes los que poseen una mayor conexión porque vivieron la mejor época de oro de esta bella música.

Por eso uno de mis mayores deseos es tener la oportunidad de viajar a mi patria y visitar centros de envejecientes llevándoles música de tríos además de compartir con ellos un rato. Cuando laboraba en la radio y personas mayores llamaban a la emisora, la cantidad de historias que escuché aún están muy presentes en mi mente. Pero hubo varias ocasiones en las que se me partía el alma porque me decían que solo se sentían acompañados las seis horas que duraba el programa ya que ni sus hijos los visitaban.

Que muchos secretos guardé, que mucho aprendí y que fuerte se hizo el lazo de amistad con ellos. Yo buscaba complacerlos con sus canciones, hacerlos reír con mis ocurrencias y darles efusivos saludos. Me sentía responsable porque ya no era cuestión de entretener a la audiencia, sino de darle momentos de felicidad a una audiencia especial que (en esa etapa y circunstancia de sus vidas) lo necesitaba más que otra.

No abandonen sus viejos, denle amor y sobre todo llévele la música que tanto les gusta, aunque no sea la predilecta suya. Le aseguro que la alegría que sentirán ellos en ese momento le calmará el dolor, la tristeza o la soledad… aunque sea por solo eso, un momento. Usted tendrá la satisfacción de haberle dado un regalo importante pero también contará con la bendición de vivir junto a ellos un momento especial.

Yo espero poder cumplir mi sueño de visitar la isla y centros de envejecientes. Como también espero que mi hija lea bien este escrito.  Porque si tuviera la bendición de llegar a una edad avanzada y padeciera de alguna condición mental, estoy segura que cuando escuche mi música de tríos algo se despertará en mí. Tal vez no recuerde el nombre de este blog, pero estoy convencida que sí recordaré sobre qué escribía.