En todo campo profesional y, hasta en la manera de vivir, no es extraño ver como hijos e hijas siguen los pasos de sus padres o madres ejecutando sus mismas profesiones. La industria musical puertorriqueña, no es la excepción y por eso tenemos muchos de estos casos en casi todos los géneros o áreas de trabajo dentro de dicho sector.

Los(as) cantantes que han seguido a sus padres o madres y se destacan en el ambiente del bolero o la música de trío, han sabido llevar una carrera profesional propia, pero sin dejar de enaltecer el legado de ellos. Especialmente, aquellos que son hijos o hijas de compositores. En un futuro, espero poder grabar una serie de entrevistas a hijos (y hasta nietos) de compositores(as) puertorriqueños para que, de primera mano, nos compartan su sentir y experiencias con respectos a estas figuras que tanta gloria dieron y aún dan a la Isla del Encanto.

Bobby Capó y su hija Jackeline Capó

Como padres y madres, es importante ver a nuestros hijos(as) realizados como personas y profesionales. Así que la sensación de verlos compartir nuestras mismas profesiones debe ser algo súper especial. A base de entrevistas que he visto y conversaciones que he sostenido sobre el tema; un común denominador entre estos cantantes hijos(as) de cantantes y compositores, es la dinámica de la relación que tuvieron. Cada uno experimentaba o estaba expuesto al aprendizaje musical, muy de cerca a sus respectivos(as) padres y madres. Sin duda el legado de estos(as) artistas ha trascendido de forma dual: en la historia musico cultural del país y a través de sus propios(as) hijo(as).

Edmundo Disdier y su hijo Rafy Disdier

Hoy día, me pregunto si en este ambiente musical esa misma dinámica se repite… ojalá que sí. Claro, nunca debemos fijarnos la idea de que nuestros hijos(as) tienen que estudiar y ejercer nuestras profesionales. Pero más bien me refiero a que si muchos de los artistas del presente comparten su conocimiento e inspiran a sus hijos(as) para que, si tienen el deseo y talento, no descarten el campo musical como una opción de trabajo.

Cabe destacar que para muchos hijos(as) de artistas el reto principal que enfrentan los primeros años de carrera, es posicionarse con éxito por mérito propio y no por quienes sean sus padres o madres. Rafy Disdier, Jacky Capó y muchos(as) otros, así lo han logrado. De hecho, tendemos a pensar que precisamente, por ser hijos de artistas o figuras reconocidas del ambiente tienen el camino fácil, pero diría que es lo contrario. Por ejemplo, puedo mencionar que la audiencia (y si es la misma todavía más) tiende a comparar, que cualquier situación adversa en la carrera de sus padres o madres puede tener alguna repercusión en las suyas, que quienes les entrevistan, a veces, redirigen el tema a la trayectoria de sus padres y su posición como hijos(as), entre otras cosas.

Sylvia Rexach y su hija Sharon Riley

De otro lado, también es inevitable que sientan un poco de presión, en cuanto a mantener la mejor trayectoria profesional posible en honor a sus padres y madres; así como para evitar exponerles a cualquier situación negativa a la que se vieran llamados a reaccionar.

Finalmente, dejando a un lado los retos que enfrentan, no es menos cierto que es una maravillosa bendición la que viven estos hijos e hijas siguiendo los pasos de sus progenitores. Inclusive en ocasiones tienen hasta la oportunidad de rendir tributo a sus respectivos(as) padres y madres. Como lo fue el caso de Sharon Riley por lo cual cito de la página de la Fundación Nacional para la Cultura Popular lo siguiente:

De Javier Santiago

Los aplausos se sucedieron en otras seis temporadas que entre 1971 y 1974 realizara en el legendario Ocho Puertas. Y a raíz de su éxito, la actriz y cantante marcó su entrada al mundo discográfico cuando el Instituto de Cultura Puertorriqueña le editó la obra “Sharon Riley interpreta a Sylvia Rexach”. En dicha producción la actriz y cantante contó con el acompañamiento musical de Tutti Umpierre, guitarrista que en épocas anteriores había compartido autoría musical con su famosa progenitora.

Rafael Hernández y su hijo Alejandro «Chali» Hernández